A veces no se que sentir. No siento nada cuando te beso.  No siento calor, no siento pasión. No siento un temblor. Siento un vacio, interminable y frio. Siento que lo nuestro no tiene esperanza, pero en el fondo sé que cuando te pierda te voy a extrañar. Por eso no quiero perderte, porque sé que después me va a doler. Te tengo prisionero, y ni siquiera sé si te amo. Quizás no te ame, y todo esto sea un capricho. Quizás te amo, pero no estoy lista para aceptarlo. No estoy segura de nada.
Novios es una palabra gigante, pesada, importante. No creo estar lista para eso y siento constantemente como me presionas. No me gusta que me presionen, por eso te alejo. No sé si quiero alejarte, pero tengo miedo de lastimarte, de lastimarme yo.  Este capricho es muy común conmigo. Te quiero, cuando te tengo no te quiero mas y cuando te perdi, te quiero de vuelta. Odio ser asi, odio lastimar gente. Ojala pudiera cambiar, pero siempre me encuentro en la misma rutina de siempre. 
Y lamento informarte, mi querido amante, que nuestra historia tarde o temprano llegara a su final. Y eso no te va a gustar, me vas a odiar. Yo me voy a odiar por lastimarte y los dos nos vamos a sentir mal. Cuando yo me arrepienta, si es que sucede, no me vas a dejar entrar.  Y yo me voy a querer matar, por desaprovechar una oportunidad como esta. Se que me amas, pero entende que yo no se que sentir.